APUNTES PARA UNA DRAMATURGIA EN LA INTERPRETACIÓN DE LOS GÉNEROS DE LA MÚSICA POPULAR CUBANA (II)

Eduardo Novoa

Eduardo Novoa

Por Eduardo Novoa

Continuación…

Existen diferencias entre las interpretaciones  del Son y la Guaracha  a pesar de sus aparentes semejanzas; en el primero el aire  en el cantante es más asentado y sincopado que la guaracha, el tratamiento de los textos en esta última es más picante, jugando en más de un plano semántico para su comprensión, siendo el Son generalmente más lineal en sus contenidos.

El trabajo armónico en el acompañamiento de las Guarachas, suele ser más elaborado que en el Son, pues en el segundo se une junto al aire del cantante, el hecho de su concepción más bailable. Se distingue además el Son por la improvisación de sus cantantes, como una retroalimentación afectiva en un público dado, a partir de guías y coros que deben ser limitados según el contexto y no prolongarse demasiado como con frecuencia ocurre.

Vieja Trova Santiaguera – A La Loma de Belén 

Con referencia a lo estrictamente vocal, es muy difícil encontrar a un cantante sonero con tesitura de bajo, de la misma manera que en las féminas, la tesitura de soprano, por no ser las más recomendables en este género. El resto de los registros son manejables, aunque existen preferencias  tanto para el Son como para la Guaracha en la utilización de tesituras de mezo en las mujeres y tenor en los hombres; todo está en dependencia de las extensiones en sus registros y sus cualidades tímbricas.

En el plano corporal, si bien el Son es más bailable, sus intérpretes no están obligados en su proyección escénica a hacerlo siempre; algunos solo ejecutan estos desplazamientos escénicos en las introducciones y puentes de cada número, llevando así la intensidad expresiva del texto con mayor resolución. No siempre el baile constante es sinónimo de una efectiva expresión del cuerpo como a veces se piensa, esto debe estar en concordancia con la personalidad artística del cantante, así como el tipo de patrón textual que está interpretando, que puede ir desde pregones, querellas o exaltaciones amorosas.

Los cultivadores de la Trova, por ejemplo, eran más circunspectos  en sus actuaciones; es de señalar que usualmente sus composiciones eran entonadas en serenatas que si bien conllevaban la sobriedad de sus movimientos corporales–– y en esto influía además del estilo, la ejecución de sus instrumentos acompañantes que por razones obvias le limitaban sus acciones –– no así su proyección sonora, que sin dominar en muchos casos, la llamada técnica académica de canto–– dicho sea de paso, válida y única tanto en los géneros populares como en los líricos –– impresionaban por sus apoyos diafragmáticos, lo mismo en sus “deslices madrugadores” como en sus actuaciones en peñas y teatros.3. Estos trovadores  transitaron   por más de un género (Son, Canción, Bolero, etc.) y en sus interpretaciones yacen influencias foráneas desde el lirismo europeo (de las canciones napolitanas y romanzas francesas), ritmos de Norteamérica como el Charlestón o el Swing,  hasta Valses argentinos o  Bambucos colombianos. Sus seguidores en la contemporaneidad también pusieron de manifiesto algunas de estas influencias, solo que en épocas desemejantes, así la búsqueda en raíces latinoamericanas y evidentemente, la herencia de este grupo inmortal de intérpretes autodenominados trovadores –– y que se recuerdan bajo el título de Trova Tradicional –– era ejercida en ellos, de la misma forma que incidió la música Folk y Country del norte o la de los cultivadores del Feeling que a su vez habían tomado antes patrones de esta región, como se sabe.

Este nuevo movimiento de trovadores, y los “novísimos” seguidores de éstos posteriormente, marcaron en cierta medida su sello personal a partir de ser, en la mayoría de los casos autores-intérpretes, de la misma manera que continuaron cultivando géneros  tradicionales desde el Son hasta la Canción, con nuevos aires de renovación en los mismos, combinando textos de cierta complejidad tropológica a estructuras musicales soneras como el caso “De que callada manera” de Pablo Milanés o aquellos intencionales rejuegos con el vocablo son como “Son Oscuro” de Noel Nicola. En esta nueva variante de Son, donde los textos poseen una complejidad metafórica  con enfoques contemporáneos, trae como consecuencia, una manera distinta de interpretación del género, tanto en lo vocal como en lo corporal, sin embargo, cuando estas creaciones han pasado a otras manos, no precisamente autorales, ellas no siempre recorren la misma suerte.

Óleo de Una Mujer Con Sombrero (Silvio Rodríguez)- RUMBATÁ

Por su parte la Rumba, les debe casi todo a sus ancestros africanos evidentemente, desde su gestualidad, la colocación de la voz,  o su nasalización conciente5.  Aquí entran a jugar casi todos los registros vocales. Es el género menos académico (quizá por suerte para él), enseñado de una generación a otra desde sus inicios. De raíces urbanas, sus  letras están vinculadas a sucesos cotidianos de su entorno. Tienen un carácter muy espontáneo en su realización, como la improvisación que devela su propio vocativo. Existen diálogos entre solista y coro, desde el inicio expositivo del tema, hasta la intervención del coro posteriormente. En el Guaguancó se presenta además un diálogo entre solistas, usurpándole uno, el canto al otro. En la Columbia el solista alterna con el coro, asechando en un “conflicto” al bailador, que es en última instancia, el que lleva el ritmo corporal de estas manifestaciones a un primer plano, ya sea en el Yambú o en la Columbia.

La Música Campesina por su parte, aunque departió sus orígenes de manera urbana, al igual que la Rumba, tuvo su desarrollo y cristalización en las distintas zonas rurales de nuestro país a través de sus distintos “Puntos”.

Aquí la influencia de la música del exterior del país, es mayoritariamente hispánica, tanto en lo musical con sus tonadas, como en lo literario con sus décimas. Es difícil sintetizar en unas líneas su potencial interpretativo, que al igual que la Rumba se ha ido transmitiendo por tradición, desde sus temáticas, que transitan a partir de elaboradas imágenes poéticas, exaltando la belleza del entorno natural y a sus féminas, hasta jocosidades que tienen como pretexto al más cercano prójimo. La poesía y el canto están sujetos aquí al centro de sus fiestas, dígase Seguidilla, improvisaciones a partir de pies forzados o las Controversias, donde se satura el clímax dramático. Se permite aquí una flexibilidad tímbrica y de registros vocales de sus intérpretes que se adapta a las múltiples variantes y géneros.

CONTROVERSIA Leandro Camargo y Alexis Díaz Pimienta,  Cuba.

Continuará....

 

Referencias:

(3) Existe una costumbre de asociar intérpretes de la Trova Tradicional desde la perspectiva actual, como si sus voces fueran “gastadas o añejas” semejando un estilo con ello. Y esto no es más que un producto psicológico de escuchar grabaciones de muchos de estos autores e interpretes que llegaron al mundo fonográfico ya a cierta edad, y que por el contrario, en sus edades mozas proyectaron su voz con singular potencia, algunos incluso influenciados por el Bel Canto que escuchaban ejecutado, por compañías europeas que visitaban por aquella época su región natal.

(4) Así ha ocurrido cuando se trata de interpretar “De que callada manera”, por Ej. bailando desaforadamente y con una sonrisa “de oreja a oreja”, sin respetar el poema de Guillén: “Canción”, que no por gusto tiene una bellísima y sobria versión coral –– De manera inversa se ha transferido una antológica canción de Silvio Rodríguez “Oleo de una mujer con sobrero” llevada al género rumba por la agrupación “Rumbatá” con una factura encomiable, así es son de flexibles nuestros géneros cuando no afecta su discurso dramático ni el buen gusto en su aspecto creativo.

(5) En la Rumba esta “nasalización” de la voz no es un defecto, por el contrario el efecto es conciente heredado de cantos ancestrales africanos. Resulta sin embargo defectuosa, en otros géneros como la Guaracha , el Son o el Bolero, donde a veces se confunde la colocación de la voz “lanzada” contra los “resonadores” de los senos maxilares–– buscando un efecto sonoro diferente al de la Rumba–– con la nasalización.

Imágen de cabecera: Perteneciente a Ramos Colettion.
Tomada de http://suggestkeyword.pro/elcinfo-cuban-music-art.html