Apuntes sobre la canción: La canción popular

Por: Mirna Guerra.

La canción cubana a través de sus distintas variantes genéricas es uno de los complejos musicales en el que se ha hecho evidente la fusión de las distintas raíces que conforman la cultura del país. La canción es un medio de expresión en el que son claramente identificables los marcados rasgos nacionalistas de la cultura cubana. En el caso de la música popular estas características nacionales se arraigaron con fuerza desde el siglo XIX dando lugar al surgimiento de una gran variedad de géneros auténticamente criollos.

A través de las expresiones cantadas, y en el caso particular de la canción popular cubana, muchas son las variantes que la conforman, todas ellas poseedoras de rasgos propios que identifican las diferentes influencias culturales que componen nuestra música. El antecedente hispánico se hizo presente en distintas especies procedentes de la música campesina como la guajira, la criolla, tonadas y décimas pertenecientes al complejo genérico del punto. Estas canciones expresaban en un inicio el quehacer costumbrista de las zonas rurales y sus versos se organizaban en forma de cuarteta y décimas,  por lo general se hacían acompañar de instrumentos de cuerdas pulsadas (el laud, la guitarra o el tres). Una buena parte de estas canciones se caracterizroan por la alternancia vocal-instrumental como elemento típico de la música guajira.

Justo Vega y Adolfo Alfonso, Controversia.

Otras especies cancioneriles tuvieron su nacimiento durante el siglo XIX en el baile. La contradanza de origen también europeo fue el baile más difundido en todas las fiestas popularizadas no solo en los ampulosos liceos y sociedades, sino también en las llamadas “casas cuna” o casas de diversión que se mantenían abiertas hasta altas horas de la noche. La contradanza fue acogida y transformada como cubana durante el XIX y estuvo presente en la creación de la casi totalidad de compositores criollos de la época. El llamado bajo de habanera pasó a formar parte de un sinnúmero de canciones derivadas de la danza que dieron en conocerse como Habaneras y que trascendieron las fronteras de Cuba para insertarse en el cancionero popular de la península.

Gema Corredera, Veinte años de María Teresa Vera.

Contradanzas y danzas dieron origen al surgimiento del Danzón en 1879 cuya función al igual que aquellas era la de propiciar el baile. El grupo rítmico propio de este género, el cinquillo, caracterizó posteriormente canciones de igual etapa que fueron representativas dentro de las especies de la guaracha y el bolero. Aunque se debe precisar que la existencia de la guaracha se remonta a muchos años antes del 1800, y entre sus características se encontraban la sucesión melódica de versos a manera de coplas y un estribillo y musicalmente destacaban la alternancia solo-coro heredada del africano. En la guaracha los textos destacaban por el carácter picaresco, satírico y humorístico que aún predomina en la mayoría de las creaciones populares que han llegado hasta nuestros días.

Paralelamente a la guaracha, en los primeros años del ochocientos, gozaron de gran popularidad los boleros y otros géneros cancioneriles de origen hispánico como polos, seguidillas y tiranas, estos últimos fueron desapareciendo según avanzaba la centuria mientras que el bolero mantuvo su prevalencia. Con el tiempo el bolero fue perdiendo sus características originales, se hizo más lento y adoptó la subdivisión binaria bajo el fuerte influjo rítmico de los elementos musicales cubanos. En su desarrollo a lo largo del siglo, el bolero coexistió con otros ritmos, como la habanera, la contradanza y el danzón, hecho que contribuyó esencialmente a una retroalimentación genérica entre estas manifestaciones musicales. Ya en la segunda mitad del siglo el bolero incluyó en su acompañamiento el cinquillo como patrón rítmico convirtiéndose en el rasgo más representativo de esta especie cantable transformada en género musical propiamente cubano muy distanciado del bolero español que le dio origen y quizá la variante de la canción cubana de mayor trascendencia a nivel internacional.

Pablo Milanés, La Tarde de Sindo Garay.

Todas estas especies cancioneriles antes mencionadas se concretaron en una variante conocida como Canción Tradicional muy presente en una particular generación de músicos e intérpretes conocida como Trova Tradicional Cubana. Durante el siglo XIX se hizo costumbre contratar a trovadores para ofrecer “serenatas” a jóvenes en declaración de las intenciones amorosas de algún pretendiente. Estos trovadores fueron en su mayoría cantantes autodidactas que se trasladaban de pueblo en pueblo interpretando canciones de su propia autoría llamadas trovas. El movimiento conocido como Trova Tradicional nació en Santiago de Cuba a finales del diecinueve y se extendió por toda la Isla hasta llegar a la capital en la necesidad de muchos de estos músicos de encontrar una mejora económica a sus condiciones de vida. A esta generación de trovadores se le debe el afianzamiento y definición de los principales rasgos presentes en el bolero cubano, del que se considera   a Tristezas  (1883), creación del santiaguero José «Pepe» Sánchez,   como primer bolero netamente criollo.

María Teresa Vera, Pensamiento.

Las canciones interpretadas por los trovadores eran de líneas sencillas con una melodía escrita a dos voces, primo y segundo, este último llegó a tener una gran importancia:  “que realizaba una voz independiente, de gran riqueza melódica y a veces con un texto diferente” (1)-. Entre los más reconocidos compositores pertenecientes al movimiento de la Trova Tradicional se encuentran Sindo Garay, Pepe Sánchez, Manuel Corona, Rosendo Ruiz, Alberto Villalón, Emiliano Blez, Miguel Companioni, Teofilito y Graciano Gómez. Como intérpretes destacó María Teresa Vera (quien inmortalizara la habanera Veinte Años) junto a Rafael Zequeira, con el que formaba duo y posteriormente  con Lorenzo Hierrezuelo (quien posteriormente  formaría el dúo Los Compadres junto a Francisco Repilado), el afamado Trío Matamoros, entre otros.

La canción popular cubana continuó su evolución a lo largo del siglo XX, la interrelación entre las especies conocidas con otros géneros de gran popularidad en el ambiente musical cubano como el son y entre ellas mismas propició el surgimiento de variantes híbridas tales como canción-criolla, criollas-bolero, guajira-bolero, bolero-son, son-pregón, entre otras.

El creciente influjo de las agrupaciones de música popular nacional y las influencias recibidas de las tendencias importadas por las agrupaciones de jazz, enriquecieron notablemente los conceptos armónicos y estructurales en la forma de componer e interpretar las canciones. Esto unido a la preponderancia de los medios de comunicación como la radio y la televisión que sirvieron de divulgadores de nuevas fases de la canción y como trampolín para la fama de intérpretes que se erigían como grandes solistas. La música cubana recibió el impacto de las influencias foráneas dotando al cancionero popular de una nueva sonoridad acorde a aquellas extranjeras de “mayor demanda”. De este modo y por influencia directa del jazz y la música norteamericana de moda surgió el movimiento llamado Feeling que tuvo como representantes a Tania Castellanos, Marta Valdés, Piloto y Vera, José Antonio Méndez, Ángel Díaz, Omara Portuondo, Isolina Carrillo, Elena Burke, Moraima Secada y muchos otros .

Marta Valdés, Hay Todavía Una Canción.

Con posterioridad a la década de 1960-70 las canciones evolucionaron a un lenguaje más controvertido y por influencia directa de las nuevas condiciones políticas derivando en una nueva manifestación que dio en conocerse  como Canción Protesta y que fue la expresión del  movimiento artístico La Nueva Trova, cuyos máximos exponentes se centraron en las figuras de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, junto a Noel Nicola, Vicente Feliú, Sara González, Pedro Luis Ferrer, etc. Con posterioridad hacia finales de los ochenta este movimiento sufrió una transformación en el modo de expresión de la nueva canción y se consolidó en una vertiente denominada Novísima Trova, movimiento urbano que reflejaba la transformación de la realidad cubana contemporánea con una visión más crítica de las inquietudes y necesidades de la juventud cubana. Entre sus componentes se encontraban Carlos Varela, Santiago Feliú, Gerardo Alfonso, Donato Poveda, Frank Delgado, Pável Urquiza, Amaury Gutiérrez, Julio Fowler, Gema Corredera. Muchos han sido los artistas que siguieron la estela de estos músicos, pero continúan su labor fuera de las fronteras insulares, tal es el caso de Habana Abierta, Yusa y muchos otros.

La música cubana siempre ha sido  mestiza, es la esencia de todas las tendencias, estilos y raíces desde sus inicios hasta nuestros días. Es presencia de todo el acervo cultural que ha influido en sus músicos y creadores; y en la actualidad refleja a través de la canción popular  la vigencia del bolero, junto a la canción-pop, mezclado con con el  jazz, el funky, el rock y la timba.

Habana Abierta, Corazón Boomerang.

 

Referencia:

  1. María Teresa Linares: La Canción Popular en La Música y el Pueblo, (1981).

 

Fuentes:

  • Fals Castillo, Santiago Antonio: Raíces Estéticas de la Música Cubana, Antecedentes de la Canción Popular, Variantes y Tipos (1800-1934): Un Estudio Intercultural. Tesis Doctoral, 2015.
  • Gómez Zoila y Victoria Eli: Música Latinoamericana y Caribeña, Ed. Pueblo y Educación, La Habana 1995.
  • Guerra, Mirna Ma.: La Canción Lírica Cubana (1800-1925), 1992.
  • Linares, María teresa: La Música y el pueblo, Ed. Pueblo y Educación 1991.
  • http://www.ecured.cu/Nueva_Trova

 

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