La Bayamesa, un punto de giro en la canción cubana

Por: Mirna Guerra.

En el transcurso del siglo XIX la música cubana fue evolucionando lentamente hasta alcanzar un acentuado criollismo presente en la contradanza y en la canción. Esta tendencia hacia lo “criollo”(1) se hizo patente en la cancionística primeramente en el desarrollo de los textos, los que envueltos en una atmósfera romántica, tomaban como fuente de inspiración a la mujer cubana, el paisaje de los campos y las bellezas naturales del suelo patrio. En el plano musical la evolución hacia lo criollo se desarrolló de forma lenta, mientras se operaban importantes cambios entre los elementos interactuantes de la música popular y los ya arraigados patrones europeos heredados en la música de concierto.

Quizá un ejemplo representativo de este «acriollamiento» lo encontremos en una de las canciones que marcó pautas en el XIX, no solo al hacerse popular como serenata amorosa, sino por las características propias de su música: La Bayamesa de Céspedes-Fornaris-Castillo (Carlos Manuel de Céspedes, José Fornaris y Francisco del Castillo), escrita en la ciudad de Bayamo en 1851 y cantada por primera vez el 27 de marzo. Esta canción fue dedicada a Luz Vázques y es considerada como una de las primeras piezas populares del género trovadoresco.

A diferencia de muchas versiones sobre esta canción que conocemos en nuestros días con métrica ternaria, esta pieza fue editada por primera vez por la Casa Edelmann & Ca (la más antigua casa editora de música de La Habana) con una métrica binarizada en compás de cuatro tiempos. Sobre esta misma edición uno de los compositores más destacados de la época, el pianista Pablo Desvernine (1823-1910) –cuya etapa creativa resultó coincidente con el surgimiento de La Bayamesa-, compuso un Capricho para piano, dedicado a su amigo Fernando Arizti. En esta composición, tras una breve introducción, Desvernine realiza una variación sobre la canción, respetando su estructura, entonaciones y metrorritmo.

Resulta difícil determinar cuál es en realidad La Bayamesa original de Cépedes-Fornaris-Castillo, ya que según las informaciones que ofrece la Dra. Zoila Lapique Beccali en su libro Música Colonial Cubana (2), en la revista de 1836, La Floresta Cubana, fue publicado un artículo de los autores de esta canción donde se quejaban de la edición difundida por la casa Edelmann por presentar adulteraciones tanto en la música como en el texto, las que serían rectificadas en el siguiente número de la citada revista, pero tal publicación no vio más la luz y quedó abierta la incógnita al respecto. Al confrontar otras referencias bibliográficas sobre La Bayamesa la contradicción queda aún sin solucionar. En el tomo III de Crónicas de Santiago de Cuba de Emilio Bacardí (3), editado en 1908, se encontró un pequeño fragmento de la melodía de esta canción en la tonalidad de Fa Mayor, sobre una métrica ternaria; seguidamente en el tomo IV de las referidas Crónicas aparece la letra patriótica que adoptó la misma durante la «Guerra de los 10 Años», fechada en marzo de 1870.

Texto original

¿No te acuerdas gentil bayamesa,
Que tu fuiste mi sol refulgente
Y risueño en tu lánguida frente
blando beso imprimí con ardor?

¿No te acuerdas que en un tiempo dichoso
Me extasié con tu pura belleza,
Y en tu seno doblé mi cabeza
Moribundo de dicha y amor?

Ven y asoma a tu reja sonriendo;
Ven y escucha amorosa mi canto;
Ven, no duermas acude a mi llanto;
Pon alivio a mi negro dolor.

Recordando las glorias pasadas
Disipemos, mi bien, las tristezas;
Y doblemos los dos la cabeza
moribundos de dicha y amor.

Texto Patriótico

No recuerdas, gentil bayamesa
que Bayamo fue un sol refulgente
donde impuso un cubano valiente
con su mano el pendón tricolor?

No recuerdas que en tiempos pasados
el tirano explotó tu riqueza
pero ya no levanta cabeza
moribundo de rabia y temor?

Te quemaron tus hijos,
no hay quejas
que más vale morir con honor
que servir al tirano
opresor que el derecho nos quiere usurpar.

Ya mi Cuba despierta sonriente
mientras sufre y padece el tirano
a quien quiere el valiente cubano
arrojar de sus playas de amor.

Autor: anónimo

Además de las publicaciones señaladas anteriormente, existen muchas otras versiones musicales realizadas por distintos compositores sobre esta canción con metrorritmo ternario o binario indistintamente; este último (el binario) fue común en las versiones y arreglos escritos por autores cuya creación estuvo vinculada a la música de concierto. Tales son los casos de Pablo Desvernine, Luis Casas Romero, José Marín Varona, entre otros, quienes realizaron sus versiones a partir de la edición publicada por Edelmann.

Esta contradicción reflejada en La Bayamesa corresponde a un proceso de relevante importancia que estaba ocurriendo en toda América en el siglo XIX al que Cuba no fue ajena: el proceso de binarización al que se refiere Carlos Vega en su libro Panorama de la Música Popular Argentina, y que fue sintetizado por Rolando Antonio Pérez en La Binarización de los Tiempos Ternarios Africanos en América Latina publicado por La Casa de Las Américas en 1986.

Esther Borja

Paralelamente al surgimiento de La Bayamesa, existe un desarrollo ascendente en la música popular que se caracterizó por la gran riqueza rítmica presente en géneros como la guaracha y la contradanza. Sin lugar a dudas la transición hacia lo binario comenzó a manifestarse primero en el cancionero popular en especies como la guaracha, que contenía una subdivisión rítmica ternaria en 6/8 (ver imagen 1) , fundamentalmente en el acompañamiento como célula básica. Además, este ritmo aparece como bajo de algunas contradanzas cubanas que en su evolución fueron cobrando nuevas características hasta llegar a la fórmula rítmica que hoy conocemos como bajo de habanera (ver imagen 2). A mediados del siglo XIX en Cuba era común encontrar contradanzas bailables en las que coexistían combinaciones ternarias, ternario-binarias y binarias, que en su evolución, en la segunda mitad del ochocientos y con el predominio de la danza, solo admitieron las características binarias como patrón básico, elemento que también pasó a formar parte del modo de componer canciones.

Al retornar a la canción en esta etapa y tomar como punto de partida La Bayamesa, se aprecia que esta es una creación de indiscutible contenido amoroso y muestra elementos que la alejan un tanto de aquellas canciones de corte europeo de la primera mitad del siglo. En la melodía aun conservó algunos adornos como bordaduras y grupetos que la emparentan con sus antecesoras de la primera mitad del XIX, sobre una armonía simple estabilizada en el centro tonal fundamental y una introducción instrumental al estilo de aquellas. Sin embargo, en el metrorritmo es donde comienzan a reflejarse los cambios, lejos el mecedor aire ternario se binarizan sus tiempos, el dibujo melódico se ve enriquecido con algunas figuraciones que hacen pensar en una elemental influencia de los elementos de la contradanza.

Al apreciar estos componentes primarios del desarrollo de la canción cubana presentes en La Bayamesa, no solo en el aspecto literario, también el musical; es posible establecer un giro en el proceso evolutivo de la canción que marca el vínculo con algunas manifestaciones de la música popular pero que a la vez constituye la continuidad de aquellas canciones de la primera mitad del siglo y que al ser llevados al plano de la música profesional, manifestaron un nuevo modo de expresión dentro de la cancionística cubana.

David Blanco, Diana Fuentes y Buena Fe

 

Referencias:

(1)  La noción de criollo, en la actualidad, permite referirse a las personas nacidas en un país hispanoamericano, pero también para resaltar a los sujetos u objetivos con características propias y distintas de estos países. Criollo es, por tanto, algo propio, distintivo o autóctono de Latinoamérica.

(2) Lapique, Zoila: Música Colonial Cubana, La Habana 1979.

(3) Bacardí, Emilio: Crónicas de Santiago de Cuba, 1908.

 

Fuentes:

 

Imagen de cabecera: Parque de Bayamo (1928). 
Foto tomada del libro Cuba para guardar la memoria de Juan de las Cuevas Toraya (2006)