Por: Mirna Guerra.
A través de la historia la preferencia del público cubano por el baile ha condicionado el surgimiento de un variado repertorio musical en el cual la creación e interpretación ha estado dirigida básicamente a satisfacer esta demanda social altamente generalizada sobre todo en las últimas décadas. La música popular bailable ha gozado y goza en la actualidad de un momento de gran esplendor, sobre todo por el auge y popularidad de gran cantidad de agrupaciones musicales ya establecidas en el ambiente musical, así como el surgimiento de cientos de agrupaciones nuevas tanto en Cuba como en cualquier región del mundo donde el músico cubano radique.
Septeto Santiaguero, Que le den candela.
Por otro lado, la altísima difusión y demanda que ha adquirido la música cubana a escala internacional ha sido impulsada en gran medida por el “boom” de la llamada música salsa, iniciada a principios de los 70 y altamente popularizada en los 90. Muchos críticos y teóricos la definen como una continuidad del son cubano, que además abarca una amplia gama de géneros y ritmos de toda el área del caribe sintetizados con el jazz latino y afrocubano.
Además, la continua inquietud de los músicos por conseguir nuevas sonoridades, unido a la creciente demanda del público bailador, ha garantizado el surgimiento de nuevas variantes genéricas como el reguetón, que en la actualidad poseen un inmenso grado de aceptación en casi todo el consumidor de música bailable de preferencia latina.
CMQ Big Band, Bonito y sabroso.
Los medios de difusión masiva, dígase radio, televisión, red virtual o internet, colocan vertiginosamente nuevos éxitos musicales en las listas de popularidad internacional, encontrándonos de esta manera en presencia de una oleada ofensiva de orquestas y agrupaciones dedicadas a la música de carácter bailable y un incremento acelerado del repertorio dirigido a satisfacer esta demanda social que en cierto modo ha dado un vuelco casi absoluto hacia este tipo de música.
En el caso de las agrupaciones de la música popular cubana su fuerte presencia se corresponde con un devenir evolutivo que ha manifestado la existencia de múltiples formatos instrumentales típicos de las diferentes zonas de procedencia a lo largo y ancho de la Isla. Formatos que en su desarrollo han originado el surgimiento de nuevos agrupamientos sonoros estrechamente vinculados a la interpretación de géneros musicales determinados y básicamente definidos por su componente instrumental. Así mismo pueden apreciarse diferentes agrupaciones como las comparsas, los conjuntos de rumba, los sextetos y septetos de son, los conjuntos de son, las orquestas charangas y las bandas de jazz, estos últimos los centros neurálgicos de la creatividad y que han ocupado los primeros planos en el terreno de la música bailable.
Chucho Valdés & The Afrocuban Jazz Messengers.
Es indudable el papel fundamental que poseen las agrupaciones musicales en la proyección, repercusión y fuerza que posee la música cubana en la escena internacional. Muchos y variados son los grupos de música cubana diseminados alrededor del mundo. Parte de ellos mantienen las características de las agrupaciones tradicionales y folclóricas, otras abrazan las tendencias más contemporáneas con la evolución e inclusión de nuevos géneros y técnicas creativas.
La variedad de formatos híbridos que han partido de aquellos grandes agrupamientos surgidos en la Isla, han nutrido y adecuado sus estructuras a las nuevas circunstancias asumidas por sus componentes en los lugares de destino. De este modo se observa la hábil asimilación de las influencias de los nuevos tipos de música propios de los países donde se desarrollan, así como la integración de nuevos elementos sonoros que son transformados y re-interpretados con originalidad imprimiéndoles sus propios sellos.
Timbalive, De Miami a La Habana.
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