Si de géneros musicales se trata… Danzas y Contradanzas

Por: Mirna María Guerra

Dos de los géneros más importantes en el desarrollo musical cubano fueron la Contradanza y la Danza Criollas, considerados por los especialistas en la investigación musical como los pilares musicales que, en su evolución, dieron origen a varios de los géneros cubanos que se desarrollaron con posterioridad y que trascendieron las fronteras de la música cubana hacia el mundo.

La llamada Contradanza Criolla fue una de las formas musicales más populares en 1800. El significado del vocablo Contradanza sugiere la procedencia de este género de las danzas de la campiña inglesas que se extendió y arraigó en los salones de toda Europa, logrando su mayor popularidad al ser incluida dentro de géneros teatrales mayores como la ópera y el ballet. A Cuba llegó a través de las compañías líricas de ópera y zarzuela que “hacían las Américas”. La Contradanza se impuso como el baile de moda, una música que permitía el canto, el baile y daba la oportunidad de exhibirse en los salones. Rápidamente esta música absorbió los elementos rítmicos de la Isla procedentes de la cultura afrocubana y devino en la Contradanza Criolla.

La Contradanza Criolla más antigua de la que se tienen referencias en la música cubana del XIX se titula San Pascual Bailón y fue publicada en 1803.

Representación del Ballet Folclórico de Camagüey, «San Pascual Bailón»

Este ritmo se apoderó rápidamente del gusto musical de negros y blancos y fue utilizado indistintamente en las fiestas más populares y hasta en los salones de la más refinada aristocracia criolla. Las primeras Contradanzas Criollas bailables se caracterizaron por contar con figuras o pasillos bailables bien definidos: paseo, cadena, sostenido y cedazo. Las primeras más tranquilas y las últimas partes con aire más alegre y rápido. Los elementos procedentes de la cultura africana también permearon la estructura de este género que, en su evolución, adoptó un patrón rítmico característico (ritmo obstinado y de carácter sincopado usualmente formado por una corchea con puntillo, semicorchea y dos corcheas), el cual se encuentra presente en casi todos los géneros cubanos que evolucionaron posteriormente.

Entre los primeros compositores de Contradanzas en Cuba se encuentran: José I. Fernández Coca, Tomás Vueltas y Flores, Enrique Guerrero, Nicolás Muñoz Zayas y Manuel Saumell. El aire de la Contradanza Criolla tampoco fue ajeno a los compositores foráneos que visitaban la Isla, como lo fue el destacado pianista y compositor norteamericano Louis Moreau Gottschalk.

«Ynés» de Louis Moreau Gottschalk.

Pero sin lugar a dudas, fue la figura de Manuel Saumell la más representativa y quizá la más conocida de este grupo de compositores, que manifiesta un claro ejemplo de nacionalismo musical a través de sus contradanzas.

Leonardo Gell, Manuel Saumell: Tres Contradanzas («El pañuelo de Pepa», «Recuerdos tristes» y «Luisiana»)

La Contradanza, a pesar de ser un género característico decimonónico, continuó presente en la obra de otros compositores posteriores de diferentes tendencias y estilos, ya sea en la música popular o de concierto. Llamada indistintamente Contradanza o Danza, escritas para piano u otros formatos instrumentales y también formando parte de géneros teatrales como la zarzuela.

Contradanza de la Zarzuela Cecilia Valdés. Autor Gonzalo Roig Lobo.

Continuará…

Imagen de cabecera: "Contradanza". Ilustración tomada de www.archivocubano.org

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