Desde el amor más puro: tres autoras de canciones infantiles

Por: Imilka Fernández.

Créame, esta es una de las joyas más preciadas del cancionero infantil cubano.

Silvio Rodríguez, El zunzuncito de Teresita Fernández.

Con canciones como ésta se nutrió nuestra infancia de imaginación, de sensibilidad, de musicalidad y de rítmica. La compositora de esta obra es Teresita Fernández (1930-2013), considerada como la cantautora más popular y destacada del cancionero infantil cubano. Fue una excelente narradora, trovadora y una cantautora muy fértil que durante varias décadas adornó con canciones e historias la vida de muchos niños cubanos. Actualmente Teresita constituye uno de los vértices del triángulo de grandes maestros del género infantil latinoamericano junto al mexicano Francisco Gabilondo Soler y a la argentina María Elena Walsh.

Canciones como El zunzuncito narran una historia. Son de abundante letra, de difícil melodismo y rítmica para que los niños la reproduzcan o la aprendan con rapidez. Y es que musicalmente esta pequeña obra tiene un vínculo muy especial entre el texto y la música, pues logra una coherencia exquisita entre lo que se describe en el texto del pajarito cubano y la forma y estructuras empleadas en el fraseo de la música a través de la utilización de movimientos cromáticos, de pausas cortas que requieren respiración entrecortada y que nos “dibujan” sonoramente el zunzuncito, una absoluta conexión entre texto y música, no es la música un complemento sino parte de la historia que se cuenta y, todo esto, sobre una base suave de son.

Y es que hay canciones que, aunque están dirigidas al público infantil por la temática que abarca, no son para ser cantadas por los niños al ser complejas para realizarlas. Sin duda alguna, tienen un valor didáctico y pedagógico porque ilustran, enseñan, abren las puertas de la imaginación a través de la fantasía y de la humanización de animales y conectan al niño de una forma especial con el contexto que le rodea. Son canciones que quedan guardadas en nosotros, esperando que maduremos para poderlas descubrir en su esencia y así y darle un espacio en nuestra vida.

Hay otras canciones como esta:

Hormiguita retozona de África Domech.

Este fue el tema más popular de otra de las compositoras que dedicó gran parte de su creatividad a escribir para niños, África Domech (1923), también guitarrista y cantante. La dramatización en dibujos animados de esta canción fue uno de los aspectos determinantes para que alcanzara ese alto nivel de popularidad. Su lenguaje directo, diáfano, con parlamentos incluidos, más bien la convertía en un cuento musicalizado. Por otra parte su temática sencilla y cotidiana, el mensaje educativo y la presencia de un melodismo de frases largas y reiterativas, fáciles de recordar, aunque el texto usualmente se invertía en el momento en que se reproducía la canción, hicieron el resto del camino al éxito. Sin dudas, de las más recordadas.

Aquí hay otra seleccionada, llena de sabor y de diferente energía.

Wiliam Vivanco, ¿Dónde está mi cutara? de Enriqueta Almanza. 

Tristemente no se encuentra en youtube la versión original de esta canción interpretada por Los Yoyos en el programa Tía Tata Cuentacuentos. ¿Dónde está mi cutara? es un ejemplo de canción de integración de ritmos cubanos con una letra que se sostiene a través de rimas y de movimientos cortos, con una melodía de gran énfasis rítmico y con un texto que utiliza vocablos extraídos del lenguaje popular y propio de Cuba tales como cutara, manatí, tojosa, batey, entre muchos otros.

Su autora es la excelente pianista y músico Enriqueta Almanza, (1934-1996) una de las compositoras más prolíferas en el género infantil de Cuba. Casi todas sus canciones son recordadas por la sencillez de sus estructuras tanto melódicas como rítmicas y constituyen un ejemplo de canciones no sólo dirigidas a los niños, sino que son cantadas por los niños. Entre ellas recordamos Barquito de papel, Rima rimando, El soldadito de plomo, El cangrejito enamorado, Protesta infantil, Juan me tiene sin cuidado, entre otras. En cada una de sus canciones demostró un amplio dominio de los géneros populares cubanos y su interés en que los niños se acercaran y asimilaran sus esencias básicas desde una perspectiva divertida. Considero que Enriqueta Almanza contribuyó mucho a aprendiéramos a expresar la música con el movimiento del cuerpo, haciéndonos mover al ritmo de sus historias jocosas y llenas de imaginación y de encanto para despertar en nosotros actitudes positivas y de luz.

Queda mucho por decir del catálogo del cancionero infantil cubano y de sus autores. Recuerden que estos son sólo unas reflexiones salteadas con el recuerdo de los juegos, de las canciones, de sus autores y de la vida musical feliz que tuvimos en nuestra infancia.

 

Fuentes:

 

Imagen de cabecera: ilustración vía www.pixabay.com