Tangá (1941) es en el mundo de la música, la obra que realmente introduce los elementos afrocubanos en el jazz. Es el primer experimento que dio vida a la estelar fusión de dos expresiones musicales que a partir de ese momento quedarían conectadas en etiquetas como Afrocuban Jazz o Jazz Latino. Nacida de las conocidas descargas a la usanza cubana de los años 30, Tangá convierte a su creador Mario Bauzá, en el responsable principal de la mixtura entre el jazz y la música cubana. Su nombre hoy representa la riqueza de nuestra música en su amplia diversidad y su infinita capacidad de absorber e integrarse a otros lenguajes sin perder su esencia y su tradición.
Mario Bauzá & his Afro Cuban Jazz Orchestra, «Tangá«
Mario Bauzá Cárdenas nació el 28 de abril de 1911 en La Habana. Fue un músico de formación académica con estudios realizados en el Conservatorio Municipal de su ciudad natal. Allí terminó los cursos de clarinete, solfeo y piano en 1927.
Un año antes de graduarse, con tan sólo 16 años, tiene su primera salida al extranjero. Su destino Nueva York, una ciudad en ebullición a donde fue a grabar danzones junto con la orquesta del pianista Antonio María Romeu.
Durante ese mes de estancia, entró en contacto con el jazz, estilo que le dejó fascinado y con el cual descubre el saxofón como instrumento de gran riqueza sonora y de gran participación en el jazz. Al graduarse, decide permanecer en Cuba y trabajar como clarinete bajo en la Orquesta Filarmónica de La Habana durante tres años alternando como saxofonista en la orquesta de José Cuberlo; en el septeto Jóvenes de Redención, donde conoce a Machito, y en otras agrupaciones del panorama musical habanero de aquellos tiempos.
En 1930 regresa a Nueva York como saxofonista de Don Azpiazu y más tarde en el Cuarteto Machín. A partir de este momento comenzó a participar en varias agrupaciones de artistas norteamericanos entre las que se destaca la orquesta de Chick Webb (1932) donde participó como trompeta principal y llegó a ser en poco tiempo su director musical hasta 1937 que comenzó a trabajar en otras agrupaciones. Un año después se incorpora a la banda de Cab Caloway. Es en este momento donde interviene para que el joven Dizzy Gillespie participe en este proyecto, como más tarde haría posible el encuentro entre Chano Pozo y Gillespie y propiciara el “descubrimiento” de Ella Fitzgerald para su contratación en la banda de Webb.
En la década del 40 se integra a la banda de su cuñado Fran Grillo, “Machito y sus afrocubanos”. Durante 35 años Mario Bauzá fue el director musical y arreglista de esta superbanda, que crecía a medida que se perfeccionaba su técnica y su exquisito olfato para lograr el equilibrio entre las secciones de los metales y de la percusión.
Machito, «Bee – Ree – Bee«
Indiscutiblemente el binomio Bauzá – Machito fue de los mejores sucesos que acontecieron en la década del 40 en la música popular tanto de Norteamérica como la cubana. Ellos se encargaron de introducir la sonoridad cubana en la Gran Manzana Newyorkina con un éxito que aún trasciende hasta la actualidad. Por una parte, los géneros cubanos se revistieron de amplias y elaboradas orquestaciones sin llegar a perder su esencia y por otra, la incorporación de la rítmica cubana, en su diversidad, teatralidad y colorido impactó de manera atractiva en la renovación del lenguaje norteamericano.
Durante las tres décadas siguientes, la orquesta de Machito, bajo la guía musical de Bauzá consiguió altos grados de popularidad, no sólo entre el público regular, sino también entre los músicos jazzistas que ya apuntaban a ser leyendas del género, como el caso de Charlie Parker, Dexter Gordon o Cannonball Adderley. La popular agrupación se había convertido en un hervidero de creación, un perfecto lugar donde se incorporaban ideas procedentes del jazz, del bop o de los géneros tradicionales cubanos como si de un laboratorio experimental se tratara. Mario Bauzá era la mente artífice de tanta fusión y de tanto éxito, sin desacreditar la excelente labor de Machito, de Graciela, de su pianista René Hernández y de sus músicos en general.
Paquito D’Rivera, «Mambo Inn«. Mario Bauzá
En 1976 Mario Bauzá junto a Graciela crearon Mario Bauzá and his Afro-Cuban Jazz Orchestra. Con esta agrupación y gracias a la intervención del sello discográfico Messidor Musik después de su presentación en Nueva York Synphony Espacio en celebración de su 80 cumpleaños, quedaron registrados tres álbumes: Tanga (1991), My time is now (1992) y su última grabación realizada en 1993 el 944 Columbus.
Bauzá también participó como invitado en presentaciones y grabaciones con Ella Fitzgerald, John Griffin, Nat King Cole y Zoot Sims. Otra de sus grandes cualidades es el apoyo incondicional que siempre ofreció como mentor a jóvenes talentos como Bobby Sanabria, Conrad Herwing y Michael Phillip Mossman.
El 11 de julio de 1993, Mario Bauzá a los 82 años fallece en Mannhattan. Su legado como músico, compositor y como creador ha trascendido el marco de lo histórico para quedarse, con absoluta vigencia y actualidad, como referencia de una cubanía que alcanza la universalidad desde la tradición, sus raíces y su mezcla.
Mario Bauzá & His Afro Cuban Jazz Orchestra, «Así no, papá«
Imagen de cabecera: Mario Bauzá. Foto tomada de www.youtube.com