Louis Aguirre: avant-garde del afrocubanismo y la multiculturalidad (post)moderna

Por: Iván César Morales Flores

«Aguirre siempre fue una persona inquieta, un verdadero intelectual. Su temperamento siempre le llevó a ir en búsqueda de algo distinto. […] Siempre se fue por el terreno del intelecto. Imagínate, un hombre que ha crecido con un padre que tenía una biblioteca fantástica, lo cual influyó mucho en su formación general de carácter humanista y artístico. Y eso, claro, incita.»

Harold Gramatges (1)

Louis Aguirre (Camagüey, 1968) se erige en actualidad musical de dentro y fuera de la Isla como el más sugestivo, prolífico y activo de los compositores cubanos en el orbe internacional de la música académica contemporánea. Su obra, impelida desde la infancia por la mano de su padre Louis F. Aguirre D’Orio (Managua, Nicaragua, 1904 – Camagüey, Cuba, 1984) y, posteriormente, por las enseñanzas de sus maestros de composición del ISA, Harold Gramatges (1918-2008) y Roberto Valera (1938-), se define por un sobrecogedor carácter ritual, realce dramático y brusco impacto sonoro. Un espacio estilístico y creativo en el que estructuras rítmicas complejas, ragas microtonales, tímbricas desmesuradas y formas no convencionales de ejecución instrumental se amoldan a diseños estructurales de ambivalente modernización y tradicionalidad.

En su catálogo compositivo de más de ciento veinte obras sobresalen las ideadas para instrumento solo y las concebidas para diversos formatos de cámara, que van desde dúos, tríos y cuartetos hasta amplias formaciones instrumentales. Muchas de ellas incluyen el uso de la voz solista como recurso expresivo de inherente ritualidad y dramatismo. Uniéndose a las mismas otro pequeño grupo de piezas electrónicas, sinfónicas y didácticas. Su amplia gama de sonoridades incluye instrumentos poco frecuentes en el entorno musical caribeño y latinoamericano como el clavicémbalo, las flautas de pico, el órgano, la mandolina, el acordeón o el uso del piano con afinación micro-tonal. Sin embrago, es la percusión el medio acústico que nutre por excelencia el largo alcance creativo de este violinista-compositor.

A la percusión ha dedicado Aguirre un extenso arsenal de obras, incluyendo varios sextetos, tríos, dúos, obras para instrumento solo y conciertos para percusión solista y orquesta o conjuntos de cámara. Entre estas: Añá (Liturgia de la transmutación) (2005), concierto para percusión y ensamble; Egungún (2006/2007), para sexteto de percusión; Yalodde III (2008), dúo para tambor Iyá y mridangan o The Stairway of Existence (2015), para trío de percusión amplificado. Como en el resto de su obra, la multiculturalidad se impone aquí con el uso de disímiles instrumentos (güiros, bongó, congas, tablas, gongs tailandeses, coreanos y de la ópera china, zan gu, doum-doums, etc.), referencias simbólicas de diversos orígenes culturales y religiosos (afrocubano, cristiano, islam, sufí o el poético japonés), y recursos compositivos propios de la Música Carnática (Música Clásica del Sur de la India), la música contemporánea de vanguardia (Nueva complejidad y Nueva simplicidad) o la música tradicional japonesa (el Gagaku y el Kabuki).

Añá (Liturgia de la transmutación) (2005), concierto para percusión y ensamble, interpretado por Enric Monfort y Axyz Ensemble, dir. Jos Zwaanenburg (fragmento, vídeo de Nera Films).

En su incorporación continua de técnicas instrumentales extendidas y nuevas soluciones composicionales, la música de este camagüeyano se perfila dentro de un marco estético de complejidad y saturación infalible. Desde este posicionamiento, plasma un discurso de exigencias extremas, muchas veces al límite de las posibilidades físicas y expresivas de los instrumentos musicales en cuestión y sus intérpretes, indispensablemente virtuosos. Su expresión es claramente deudora del potencial rítmico varessiano y la densidad arquitectónica de Xenakis, el desgarro tímbrico de Nono, el trazo hiperrealista de la música instrumental concreta de Lachenmann y el universo abigarrado de Ferneyhough, por solo citar sus referencias más significativas. Todo lo cual se nutre del profundo sentido ritual y religioso que brota de las experiencias vívidas del compositor como practicante de la “Santería” y el “Palo Monte”, y el universo inspirador afrocubanista de Roldán y Caturla.

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Eshu Elegguá (2003), para clavicémbalo solo amplificado, cc. 1 – 7.

Es su consagración como “Palero” (desde 1999) y “Santero” (2002) lo que motiva a Aguirre a convertir en arte sonoro el cúmulo de vivencias en torno a tan complejo entramado simbólico y ritual. Sin dudas, una de las razones principales por la que su discurso proyecta esa estética (neo)afrocubana penetrante y atronadora, alejada de toda intención pintoresca o superflua. Según sus palabras: “Mi idea de lo afrocubano es religiosa, mágica y metafísica. Para mí es más un concepto, pero un concepto de hechos, no de citas” (2). Lo cierto es que, como elemento consustancial y generador de su producción musical, Aguirre convierte el espacio creativo de sus más de sesenta obras afro en el vehículo ideal de adoración y comunicación con sus Orishas. Espacios de intensidad física y emocional que evocan momentos catárticos de transe y posesión ritual, haciendo de sus intérpretes oficiantes del ritual afrocubano, y de sus instrumentos, tótems para rezar a sus ancestros.

A día de hoy, Aguirre es el primer y único compositor cubano cuya obra ha sido incluida en el histórico escenario del Curso Internacional de Verano de Música Contemporánea de Darmstadt, Alemania (2010). Contando para tan especial ocasión con la interpretación del mundialmente conocido String Quartet Arditti, agrupación a la que escribe su obra Ochosi (2010). La música de este compositor de la diáspora cubana despunta asimismo por su participación en cuantiosos festivales del mundo: Nuevas Sonoridades, Buenos Aires (1999); el XIX Festival Internacional de Música Contemporánea de Alicante (2003); el International Gaudeamus Week, Ámsterdam (2005); el Tallin Music Days, Estonia (2006); Festival Internacional de Música de Morelia (2006); el Summartónars, Faroe Islands Festival of Classical and Contemporary Music, Dinamarca (2010); el Liubliana Festival, Eslovenia (2010); el Athelas New Music Festival, Copenhague (2012); el Gubbio Summer Festival, Italia (2012); el Arena Festival for New Music, Riga (2012); el Festival Magnet, Vara (2013); y el Nordic Music Days, Helsinki (2013), entre muchos otros.

Ochosi (2010), cuarteto de cuerda, interpretado por String Quartet Arditti.

Miembro de la Danish Composers’ Society, el consejo de la Nordjylland Contemporary Music Society y la SGAE, así como integrante y director artístico del grupo danés de compositores e intérpretes de música contemporánea Snow Mask Composer y compositor en residencia de los ensambles Neopercusión y Colectivo Neo, Madird, Aguirre ostenta en su carrera compositiva una nutrida lista de ciudades e instituciones culturales del mundo como evidencia del largo alcance de su obra, interpretada en localidades de referencias como: el Muziekgebouw aan ‘t IJ de Ámsterdam (2006), el Hochschule für Musik Hanns Eisler de Berlín (2008), la Hindemith Foundation de Blonay (2010), el Instituto Cervantes de Viena (2010), el Instituto Cervantes de Beijing (2011), la St. Giles Cathedral de Edimburgo (2011), el Muzeum Historii de Cracovia (2011) o la Universität Mozarteum de Salzburgo (2013).

La demanda e interpretación que su obra despliega en la actualidad, marca una dinámica diferenciadora respecto el resto de compositores académicos cubanos de dentro y fuera de la isla. Muestra de ellos son, hasta el presente, los nueve conciertos monográficos que su currículum certifica, destacando entre ellos: el del Centro Iberoamericano, Camagüey, Cuba (1995); el Korso Theater, La Haya, Holanda (2005); el Solistfestival, Musikhuset Århus, Dinamarca (2006 y 2007); el Februar Dage, Festival for ny musik, Kunsten, Nordjylland Kunstmuseum, Aalborg, Dinamarca (2007 y 2010); y el III Festival SOXXI, Centro Cultural Calixto III, Canals, Valencia, España (2013).

En su historial compositivo son numerosas las instituciones, agrupaciones e intérpretes de diversos países que han comisionado gran parte de sus obras: el Instituto Cubano de la Música y la Orquesta Sinfónica de Santiago de Cuba (Cuba); el Ny Musik i Frederiksharn, el SyZyGy trio y el Snow Mask Ensemble (Dinamarca); el Kimbala Percussion Group, Neopercusión, Trío Arbós y el Ensamble Residencia (España); el Arditti String Quartet (Reino Unido); el Mimitabu Ensemble (Suecia); el Black Pencil Ensemble (Holanda); el Gunnar Berg Ensemble (Austria); el percusionista Enric Monfort y el clarinetista Carlos Gálvez (España); el acordeonista Adam Ørvad y el guitarrista Mikkel Andersen (Dinamarca); la flautista Karolina Leedo (Estonia); la saxofonista Boglárka Nagy (Hungría), entre otros.

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Louis Aguirre junto a los prestigiosos compositores Wolfgang Rihm, Brian Ferneyhough, Hilda Paredes y miembros del String Quartet Arditti, entre otros jóvenes compositores. Jornada de pre-estreno del cuarteto de cuerdas Ochosi (2010), Fundación Hindemith , Blonay, Suiza, junio de 2010.

Tras su salida de Cuba en el año 2002 la obra de Aguirre ha sido laureada en múltiples ocasiones, cuatro de ellas en EE.UU.: California (2009), Mención Honorífica en el Ironworks Percussion Duo Competition; Nueva York (2010), Mención Espacial en la 19th IBLA World Competition; Illinois (2011), 1er Premio del 2011 Salvatore Martirano Award, University of Illinois; y en Nueva York (2012), 3er Premio del Musica Domani International Composition Prize, Eastman School of Music Rochester. En el ámbito europeo, se unen a esta lista un 3er Premio de la 9th Italy Percussion Competition, Fermo, Italia (2011); una Mención Honorífica del 11th Kompositionswettbwerb um den Carl von Ossietzky-Preis der Universität Oldenburg, Alemania (2011); y, más recientemente, el prestigiosos Three Years Grant, Copenhague, Dinamarca (2015), concedido al compositor por el Consejo Estatal Danés para las Artes, convirtiéndose en el primer extranjero en recibirlo.

El camino recorrido desde sus primeras realizaciones hasta el presente, destacando entre aquellas primeras creaciones su Concierto para trío clásico (1987/1988) o la serie de Alegorías I, II, III y IV, ideadas para contrabajo, flauta, guitarra y clarinete solo, respectivamente, advierte por sí mismo de la riqueza de invención inagotable y transgresora de este compositor moderno. Como Lezama Lima, su obra revela una tendencia desprejuiciada a la aprehensión, integración y conceptualización de diversas culturas del mundo, más allá de supuestas disociaciones multiculturales: “visión del mundo capaz de incorporar lo disímil, reconciliar los opuestos, y propiciar la creatividad del diálogo” (3).

En consonancia con Severo Sarduy, su coterráneo, Aguirre despliega un discurso artístico cargado de multiplicidades y barroquismo. Una estética cuya complejidad bien podrían hallar en las teorías Sarduyanas del arte neobarroco latinoamericano del siglo XX su mejor pretexto. No solo como mecanismos (“artificios”) de un arte desmesurado y abigarrado -que también-, sino como mecanismo de lectura y reinvención de un arte moderno abierto y heterogéneo: “reflejo necesariamente pulverizado de un saber que sabe que ya no está <apaciblemente> cerrado sobre sí mismo” (4).

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El compositor Louis Aguirre y el musicólogo Iván César Morales Flores durante su estancia de investigación para la realización de la tesis doctoral Música, identidad y diáspora. Jóvenes compositores cubanos en el cambio de siglo (1990-2010). Aalborg, Dinamarca, abril de 2011.

Referencias:

(1) Entrevista realizada el maestro Harold Gramatges en 2003, el ISA, Ciudad de La Habana, por Iván César Morales Flores.
(2) Entrevista realizada a Louis Aguirre en 2004, casa natal del compositor, Ciudad de Camagüey, por Iván César Morales Flores
(3) ORTEGA, Julio: “Lezama Lima y la teoría de la cultura trasatlántica”, en Revista Casa de las Américas, La Habana, Nº 261, octubre-diciembre, 2010, p. 7.
(4) SARDUY, Severo: El barroco y el neobarroco, Apostillas por Valentín Díaz, Buenos Aires, El Cuenco de Plata, Cuaderno de Plata, 2011, p. 35.

Fuentes: