Lico Jiménez: el Liszt de ébano

El 7 de diciembre de 1851 nació en Trinidad el eminente compositor, pianista y pedagogo cubano José Manuel Jiménez Berroa conocido en nuestra historia musical como Lico Jiménez. Proveniente de una familia de músicos que influyeron en su formación, se inició en los estudios del piano con su tía materna, la pianista y compositora trinitaria Catalina Berroa. Muy joven su talento fue reconocido por el notable violonchelista alemán Kart Werner, quien hacia el año 1866 hacía un recorrido por la isla de Cuba, ofreció un concierto en Trinidad y fue acompañado al piano por Lico Jiménez. El talento y profesionalidad del joven músico hizo que el cellista alemán gestionara su traslado a Europa, para que allí continuara y perfeccionara su educación musical.

Lico Jiménez se formó como intérprete del piano en las ciudades de Leipzig y Hamburgo en Alemania obteniendo el diplomado en música por el Conservatorio de Leipzig. Realizó estudios en el Conservatorio de París, Francia, bajo la dirección del maestro Marmontell. Hacia 1890 se estableció definitivamente en la ciudad alemana de Hamburgo donde llegó a ser co-director del Conservatorio Real de dicha ciudad y donde fue el primer catedrático de piano y profesor negro de esta institución, dirigiendo la sección de extranjería a través de la cual se facilitaba el estudio a los músicos de origen latinoamericano.

Jose Ruiz Elcoro, «Fantasía» de Lico Jiménez

Tras más de una década en Europa decidió regresar a su país, Cuba, donde realizó conciertos en el Teatro Tacón de La Habana (principal plaza teatral capitalina), donde recibió elogios de la crítica y el público. También realizó giras por distintas ciudades como Santiago de Cuba, Cienfuegos (en la inauguración del Teatro Terry) y Matanzas donde fue premiado en el certamen musical de la Exposición de Matanzas por su composición Elegía en 1882. Pese al éxito en sus conciertos y a su colaboración en pro del desarrollo musical en su ciudad natal, Lico sintió la hostilidad que su condición racial generaba en la prejuiciosa burguesía criolla de la época y en las autoridades coloniales, por lo que decidió retornar a Europa donde su talento y creatividad eran altamente reconocidos y valorados. Allí realizó la mayor parte de su trayectoria artística y se dice fue directamente elogiado por los grandes maestros de la música europea del XIX Franz Liszt y Richard Wagner.

La formación musical académica alemana de Lico Jiménez influyó poderosamente en las características estilísticas de sus composiciones. Lico era un profundo conocedor de los procedimientos técnicos y compositivos de la obra de Schumann, Liszt y Wagner, quienes determinaron en parte algunos rasgos de su estilo creativo. En su catálogo de obras se encuentran composiciones sinfónicas y de cámara, aunque el papel más destacado lo ocupan sus creaciones para piano y la música vocal. Lico se distinguió por ser el primer músico cubano que abordó el lied, por lo que se le considera el precursor de la creación liederística cubana.

Emelina López (soprano) y José Luis Fajardo (pianista), «El Asra» lied de Lico Jiménez

Las canciones compuestas por José Manuel Jiménez ocuparon un lugar relevante. Sobre estas, el compositor Eduardo Sánchez de Fuentes afirmó: “José Manuel Jiménez se preocupó por elevar el nivel artístico de nuestras canciones y en la última veintena de los 1800 publicó un valioso álbum de cinco canciones … verdaderos lieder que enriquecieron la literatura cubana y que pudieron servir de modelo a nuestros compositores.”(1). La importancia mayor de estas canciones radica en las influencias que ejercieron en los compositores posteriores, debido a la solidez técnica y el resultado estético alcanzado. A pesar de responder a la escuela de composición alemana, establecieron nuevas pautas dentro de la canción de concierto, lejanas de las versiones de arias operísticas italianas y a las influencias del bel canto.

Emelina López (soprano) y José Luis Fajardo (pianista),»El sufrimiento» lied de Lico Jiménez

Lico Jiménez falleció en la ciudad de Hamburgo el 15 de enero de 1917 a los 66 años de edad. Fue reconocido como uno de los pianistas cubanos más virtuosos del siglo XIX y considerado por los compositores contemporáneos de la época como un pianista de “primera categoría”. El músico dominicano Américo Lugo Romero, uno de sus discípulos, llegó a definirlo como el «Liszt de ébano cubano«. Su poderosa técnica pianística, depurada ejecución y exquisito estilo compositivo colocaron a Lico Jiménez como una de las figuras de la música cubana de mayor trascendencia en el plano internacional del siglo XIX.

Referencias:

(1) Eduardo Sánchez de Fuentes: La Canción Cubana, pag. 33

Fuentes:

Imagen de cabecera: José Manuel Jiménez Berroa. Foto tomada de www.radiorebelde.cu