La memoria añorada de un canto

Por: Dra. Marta Rodríguez Cuervo.

Desde siempre se ha creído y divulgado sobre los variadísimos estilos que caracterizan los esquemas melódicos y rítmicos de la canción en España. No hay dudas que este patrimonio, inmenso en su diversidad, presenta caracteres que recogen las diferencias encontradas entre distintas regiones, atendiendo a una multiplicidad de aspectos que resaltan por la expresión melódica, rítmica y el color tonal que se aprecia a una simple escucha.

De esa diversidad de repertorios, la tonada asturiana ocupa un singular espacio de meditación, quizá por su fuerza, porque se canta en torno a un registro agudo, o porque le habla al amor, a la tierra, al rico paisaje de verde y bruma que rodea a las montañas y los valles de toda esa extensa zona.

Cantares del güelu es el ciclo de tres canciones para mezzo-soprano y guitarra del compositor Eduardo Morales-Caso, recientemente escrito en lengua asturiana que hoy presentamos. Este ciclo recoge la lírica y expresiones tomadas de los cantares tradicionales de Asturias y se lo dedica a los intérpretes que harán el estreno de la obra: la cantante Gudrún Ólafsdóttir y el guitarrista Francisco Javier Jáuregui. A la vez, constituye un especial homenaje a su bisabuelo, Ángel Caso Mayor, nacido en estas tierras.

Gudrún Ólafsdóttir (mezzo-soprano) y Francisco Javier Jáuregui (guitarra), «Per el senderu» de «Cantares del güelu» por Eduardo Morales-Caso.

Con profundo conocimiento de ambos medios, voz y guitarra, el autor se lanza a ese mundo referencial de sutilezas que profundiza en la expresión melancólica del canto asturiano, en el espacio enorme que denota el sonido emitido con ritmo libre, en el contraste de tiempos (ternarios y binarios), de aires pausados o vivos, de canción, a veces más cerca del gesto o baile, respecto a la supremacía del canto mismo.

Morales-Caso, además recrea las densidades sonoras con líneas melódicas de gran calado frente a sonoridades más plenas, disfruta de las combinaciones posibles que resultan de tejidos lineales que convergen con otros más armónicos.

En pocas palabras, su diversidad a la hora de expresar sentimientos, añoranzas y recuerdos es tan variada y rica, que es capaz de transmitirla a pesar de apoyarse en referentes que forman, a su vez, parte del discurso sonoro.

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Portada de «Cantares del güelu» Compositor: Eduardo Morales-Caso. Editorial: Morales-Caso Editions, Madrid (España). Ilustración y diseño: Luis Cabrera Hernández.

No podemos dejar de mencionar en ese sentido las amplias melodías con florituras que se encuentran a lo largo de las tres piezas. Ese tipo de textura se aprovecha para la expresión emotiva, cadenciosa y triste que sugiere la selección de perfiles melódicos descendentes. También se emplea para impulsar un movimiento ascendente conducente a un clímax, curiosamente alcanzado con dinámicas suaves como el piano.

El espíritu popular propio de la canción asturiana se proyecta asimismo en el uso de ciertos intervalos sobre los que gira la ornamentación melódica, como son la segunda menor o aumentada, en el aire cíclico que se deja respirar por repetición de sonidos, de giros melódicos y amplios pedales y, en la espacialidad que fluye gracias a la riqueza rítmica que se obtiene en la correlación de partes.

Esta libertad, desde el punto de vista métrico queda reforzada por una variedad importante de indicaciones de agógica y expresión que ocupan de modo constante toda la obra.

La búsqueda del sonido ideal de la canción asturiana se convierte en una obsesión para el compositor y en su resultante, voz y guitarra se funden en la escucha en un solo sonido que levita como si ascendiera, o se alzara siempre hacia adelante.

El compositor Eduardo Morales-Caso y los interpretes

De izquierda a derecha: el compositor Eduardo Morales-Caso, Gudrún Ólafsdóttir (mezzo-soprano), David del Puerto (compositor) y Francisco Javier Jáuregui (guitarra) durante el estreno de la obra en el marco de la «XXVIII Edición de Clásicos en Verano 2015» el pasado 25 de julio en la Parroquia de San Pedro Apóstol de Madrid.

Morales-Caso alcanza un punto de meditación en el que nos hace pensar en todo el provecho que podemos extraer de una canción popular y nos eleva a ese mundo poético y onírico que sólo él sabe recrear de una manera sencilla y directa.

Imagen de cabecera: detalle de la portada de la edición-publicación de "Cantares del güelu" 
Ilustración de Luis Cabrera Hernández.