Sin duda alguna, es Osmany Paredes González uno de los más talentosos exponentes de la pianística cubana actual a nivel internacional. Un consagrado de la música que, desde su dominio de la expresividad y del concepto de tradicional cubano, ha logrado insertarse en los círculos de alto nivel y permanecer con autoridad como un referente diáfano y necesario de la potencialidad musical de Cuba.
Su pianismo le ha permitido adentrarse en las esencias de los grandes exponentes cubanos de todas las épocas. En sus improvisaciones, se alude al piano elegante del danzón y el cha cha chá y a secuencias armónicas que llegan desde el bolero y el feeling, rasgos estos que se integran a una pianística virtuosa que se conecta directamente con la línea más contemporánea representada en Cuba por figuras como Emiliano Salvador, de quien se considera un auténtico admirador.
Osmany Paredes con Richard Bona, Ozzie Melendez, Mike Rodriguez, Luisito Quintero, Roberto Quintero
Y es que de cuna le viene a Osmany su apego a la música. Su padre, Guillermo Paredes, un percusionista de vasta experiencia que tocaba en la Orquesta de Música Moderna de Santa Clara, lo inició a los 5 años en el arte de los sonidos, de los ritmos y del estilo de la música afrocubana. Para perfeccionar su formación, a la edad de 8 años lo matriculó en la Escuela de Artes «Olga Alonso» de su ciudad natal donde recibió clases de piano clásico. Un tiempo después continuó sus estudios en la Escuela Nacional de Artes (ENA) en La Habana, donde se graduó en 1991.
Durante todos estos años de práctica rigurosa, como muchos estudiantes de ese prestigioso centro, Osmany se mantuvo fuertemente vinculado a la música popular asimilando y analizando con interés toda la información que llegaba sobre jazz y las corrientes de vanguardia de la música de aquel entonces a través de grabaciones y conciertos.
No había terminado sus estudios cuando ya tocaba en la Orquesta América, una reconocida charanga que se fundó en los gloriosos años 50 de la música cubana y que lo conectó directamente con la tradición de danzones, cha cha chás y otros géneros populares en este formato. Con esta agrupación realizó su primera gira por Venezuela. Una vez graduado comenzó a trabajar junto a Bobby Caracasses, un excelente trompetista con cuya agrupación muchos músicos jóvenes cubanos tuvieron la oportunidad de formarse bajo la sabia tutela del excelente maestro del jazz en Cuba. Más tarde vuelve a fromar parte del formato de charanga, pero esta vez en la orquesta de Enrique Jorrín.
Osmany Paredes, «Cuadras cha cha chá«
Poco tiempo después, en 1992, Osmany viaja para establecerse definitivamente a México y allí tuvo la oportunidad de tocar junto a Israel “Cachao” López, Jerry González, Celio González, Diego “El Cigala”, Patato Valdés, entre otros. Fue una activa etapa de participación en varios festivales en México, Venezuela, Uruguay, Colombia, Chile y en países europeos como Alemania, España y Austria.
En 1999 debuta como productor, arreglista y compositor de su CD Osmany Paredes & Menduvia, una producción independiente y de una calidad excelente donde presenta cinco temas propios. «Menduvia«, vocablo derivado de Mendó que significa sabor, fue la agrupación que fundó Osmany en 1998 en la ciudad de México, integrada por músicos cubanos y que disfrutaban de tocar jazz latino, bossa nova y otros géneros. Osmany Paredes & Menduvia recibió muy buenas valoraciones de la crítica especializada que supieron hacer destacar el nivel profesional y el calibre del talento del pianista cubano.
Dos años después, Osmany viaja a Los Angeles con el fin de hacer una presentación con el cantautor cubano afincado en Miami Amaury Gutiérrez para luego regresar nuevamente a México. En el 2003 se muda a Boston hasta establecerse definitivamente en Nueva York y ya en la ciudad de los rascacielos, Osmany se inserta entre los pianistas más solicitados a participar en importantes eventos de alto prestigio en el jazz realizando grabaciones con estelares como Richard Bona, Giovanni Hidalgo, Roy Hargrove, David Murray, entre otros. Sus presentaciones se registran en clubs como el Zinc Bar, the Jazz Gallery, Smoke, Jazz Standard, Dizzy’s Club, entre otros y también muchos festivales son testigos de su pianismo.
En el año 2013 lanzó dos CDs: Passages y Trio Time, en ellos Osmany se perfecciona y hace gala de su creatividad y de la presencia del estilo más auténtico cubano.
Osmany Paredes ha bebido lo suficiente de la tradición y lo ha hecho desde las mejores fuentes: Fellove Valdés, «Chocolate» Armenteros, Enrique Jorrin, Cachao… Su música está permeada del melodismo criollo y de esa sonoridad dulce que rememora las danzas y contradanzas. Pero por otra parte, ese mismo pianismo con agilidad nos actualiza y convoca hacia un extremo más percusivo en su estilo, lleno de virtuosismo y con cierta agresividad. En Osmany Paredes todo se integra, todo cuenta, todo aporta y edifica su concepto, para conformar un lenguaje único, lleno de pasión, pero sobre todo especialmente cubano.
Yusnier Sanchez con Osmany Paredes Quartet
Fuentes
Imagen de cabecera: Osmany Paredes. Fotografía del álbum Passages.