Santiago Rodríguez: una velada mágica y una historia que contar

Por: Imilka Fernández.

La velada:

Convencida de que la palabra no es suficiente para llegar adonde la música alcanza, me hago un lío para comentar del fabuloso concierto que ofreció el pianista cubano-americano Santiago Rodríguez el pasado sábado en el Gusman Hall de la Universidad de Miami junto a la orquesta de esta prestigiosa institución.

Sala llena, que incluye público sentado en las escaleras, para escuchar el Concierto No. 3 para piano y orquesta de Sergei Prokofiev. El maestro Santiago Rodríguez saluda al público que le clama un encore. Deja ver su delgada figura y el espíritu inquieto que en él habita. Insiste en reconocer y agradecer la excelente comunión musical lograda con el director Mark Gorenstein y la juvenil orquesta. Se produce el regreso a lo terrenal y automáticamente asalta la pregunta, ¿dónde ha escondido la fuerza de ese pianismo vigoroso que recién mostró instantes antes?

Pero el encantamiento se extiende cuando generosamente regala el segundo movimiento completo del Concierto No.1 para piano y orquesta de Rachmaninoff, autor del que es considerado un verdadero especialista. Aquí el pianista hizo gala de una extensa gama de matices y de colores. La música queda suspendida en el aire y rompe la quietud de la sala ese sonido delicado que fluye sin límites. Esta sensibilidad exquisita nos dejó a todos con la certeza de haber disfrutado de una velada mágica.

Sin dudas, el pianismo de Santiago Rodríguez se erige desde la fortaleza del conocimiento profundo no sólo de las posibilidades de su instrumento sino de las obras que interpreta. Con su ejecución limpia y transparente se pueden percibir cada una de las notas, de las líneas melódicas y de las frases que dibujan y construyen una dramaturgia musical perfeccionada a través del análisis y del estudio de los múltiples factores que conforman la obra musical. Su técnica es virtuosa y poderosa. Gran parte de esa fortaleza que ha adquirido como músico y del éxito que también ha alcanzado durante varios años como profesor están en el sólido control que posee tanto de la obra que interpreta como de su persona. A estas virtudes se debe añadir que Santiago Rodríguez posee un gran carisma para conectar con el público y sus seguidores, es humilde ante el éxito y es en especial “buena persona”, merecedor de un cariño sincero por parte de los muchos estudiantes, amigos, colegas y desconocidos que se acercaron a darle la enhorabuena por tan fantástica noche.

Santiago Rodríguez, Prelude Op.23 No.4 in D Major (Andante Cantabile) de S. Rachmaninoff.

La historia:

Santiago Rodríguez fue uno de los 14 000 niños que llegó a los Estados Unidos en 1960 a través del programa Operación Peter Pan patrocinado por la Iglesia Católica, por los cubanos del exilio y por el gobierno de los Estados Unidos. Había nacido el 16 de febrero de 1952 en la ciudad de Matanzas y su padre era un prestigioso cirujano que el gobierno cubano no le permitió salir de la isla hasta 6 años más tarde, cuando el pequeño ya se había convertido en un adolescente de 14 años.

En Cuba, había comenzado sus clases de piano con el maestro Nelson DeBerge. En el momento de su salida para los Estados Unidos, su madre había cosido en el bolsillo de su chaqueta un sobre con dinero y una nota donde se hacía saber el propósito: pagar las clases de piano de Santiago. Al llegar a los Estados Unidos vivió en un orfanato católico donde recibió disciplina y aliento para que mantuviera la práctica de la música. A los 10 años debutó con la New Orleans Symphony Orchestra con el Concierto No. 27 para piano de Mozart.

En New Orleans estuvo matriculado en Holy Cross Boarding School mientras se preparaba para la audición de acceso a la Juilliard School en Nueva York. Se graduó en música con el profesor Willian Race en la Universidad de Texas y más tarde se trasladó a la ciudad de los rascacielos para realizar el Master de Música en la Juilliard School de la clase de Adele Marcus.

Su carrera profesional como concertista tuvo un ascenso vertiginoso y seguro. En 1981 fue ganador de la medalla de plata en el prestigioso certamen norteamericano Van Cliburn International Competition y a partir de este momento fue lanzado a nivel nacional e internacional a través de las cadenas televisivas más importantes como NBC, PBS, CNN, BBC, CBC, entre otras.

Santiago Rodríguez, Paganini Variations.

Son numerosas las salas de concierto y teatros que han recibido el trabajo de este gran intérprete del piano. Entre ellas se destacan el Carnegie Hall en Estados Unidos, Schauspielhaus en Berlín, Leipzig’s Gewandhaus, Queen Elizabeth Hall en Londres, Montreal’s Théâtre Maisonneuve, Alice Tully Hall en New York, The John F. Kennedy Center for the Performing Arts en Washington, D.C. y el Herbst Theatre en San Francisco. Igualmente son destacadas las presentaciones con orquestas a nivel internacional como London Symphony Orchestra, la Staatskapelle Dresden, la Staatskapelle Weimar, la Yomiuri Nippon Symphony Orchestra de Japón, la Tampere Philharmonic de Finlandia, la Berliner Symphoniker, la Philadelphia, Chicago, St. Louis, Baltimore, Seattle, Indianapolis, American Composers, así como también la Houston Symphony Orchestras, la National Symphony Orchestra of Washington, D.C. y la American Symphony Orchestra at Avery Fisher Hall en New York.

Simultáneamente a esta complicada y activa carrera profesional como intérprete, Santiago Rodríguez ha desarrollado una importante carrera como profesor y pedagogo. En 1977 comenzó impartiendo clases en la University of Missoouri en Columbia, Missouri y en 1980 formó parte del claustro de la University of Maryland, College Park como artista residente y profesor de piano. En el 2009 se trasladó al Frost School of Music de la Universidad de Miami como presidente del departamento de piano, profesor de piano y artista residente, labor que realiza hasta la actualidad. A su vez, ha sido un activo juez en los tribunales de importantes concursos de piano como el William Kapell International Piano Competition y el San Antonio International Competition.

El maestro Santiago Rodríguez ha grabado más de una docena de discos dedicados a la música de Bach, Brahms, Rachmaninoff, Liszt, Tchaikovsky, Grieg, también incluye obras de compositores españoles y de Alberto Ginastera.

Durante este trayecto de la vida del maestro Santiago Rodríguez ha recibido muchas críticas favorables por la excelencia de su trabajo y de su pianismo. Seguro que aún le queda mucho por recorrer en este camino del arte donde ha demostrado ser un amante exquisito del buen hacer y un ejemplo de constancia y de amor.

 

Fuentes:

 

Imagen de cabecera: Santiago Rodríguez.
Foto tomada de www.hhipc.org